"MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR"

Como dice el dicho, la prevención es clave, ya que una vez que la infestación de pulgas está instalada es difícil lograr controlarla. Este parásito además de ser muy molesto, puede generar numerosas patologías tanto en los animales como en sus tutores.

La incidencia de esta problemática aumenta sobre todo en los meses más calurosos del año, ya que temperaturas más elevadas y una humedad relativa alta, favorecen la reproducción y la supervivencia de las pulgas.

Para que el tratamiento resulte eficaz es necesario comprender el ciclo de vida de dicho parásito:

Las pulgas adultas, se alimentan de la sangre de su huésped para luego comenzar a poner huevos que caen del animal y se quedan en el entorno. Esos huevos eclosionan y salen larvas de pulga. Estas larvas huyen a lugares oscuros, refugiándose en alfombras, grietas del suelo, sillones, etc. Una vez allí, evolucionan a pupas que emergen como pulgas adultas listas para saltar sobre otro huésped. Es importante resaltar que tanto los huevos como las larvas son blandos y vulnerables y pueden ser destruidos fácilmente a través de distintos métodos. Sin embargo, las pupas presentan una envoltura que las protege y las vuelve muy resistentes, pudiendo permanecer en este estado durante varios meses hasta que se generen las condiciones ambientales necesarias. De esta manera, es que las pulgas que logramos ver, son solo el 5% del total. El resto se encuentra en el entorno en sus distintas fases evolutivas. Por lo tanto, para que el tratamiento resulte eficaz, no solo debemos atacar a las que vemos en el animal, sino a las que no vemos, que están presentes en el ambiente (pisos, sillones, alfombras, camas, etc).

Para el control sobre el animal existen productos con distintas características y formas de aplicación. Entre ellos están los champús, talcos, productos en spray, collares antipulgas, pipetas y tabletas masticables.

En cuanto al ambiente en el que convive el animal, es de gran ayuda realizar el aspirado del lugar y posteriormente recurrir al baldeo o pulverización mediante el uso de insecticidas ambientales.